Si crees que me he ido aquí tienes mi sombra
que con vida propia me mantiene a tu orilla de lagrimas profundas,
es que no hay noche sin manto de luna pintando mendigos
ni sol sin calores fundiendo despertares...
solo la poca cordura de tu miedo trepa por tu mente
y en el espacio de una duda me llamas a tu prisa sin nombre.
Y dejas un suspiro sangrando de asfixia...
es que temes que no haya brisa que de aliento a tu consciencia
siendo tu ultimo anhelo quien pierda su cielo en un vuelo errante,
te doblegas en un mudo dolor que grita en el sosiego de su rincón
mientras que un presagio de renuncia te acorta las horas...
los minutos desnudan su pereza entre el sexo y la risa
y un enfado repentino te cubre de ira sin sometimientos.
Pero aun así me encuentro aquí,
cargando tu pena sobre mi cansado paso lento
que de alma cansada alimenta su vejez inconclusa,
engreída creencia que no hace otra cosa que rasgar presentes
y sobre futuros sin futuro calza la arrogancia del pasado,
es que no hay motivo para morir en la muerte misma
pues solo sobrevive la presencia de una ausencia anestesiada.
Letra de mil noches sin prosa que te alzas sobre la tristura
derramando poesías que no parpadean sobre los ojos del pecado,
resurgir de un ladrón de llantos en las márgenes de un sollozar
que moja su mano en las cornisas de una risa fingida,
que hace un refugio de un lamento encarnando olvidos difusos
y que no le miente a la mentira que dibujas verdades fingidas...
Si crees que me he ido aquí tienes mi sombra...
que con vida propia me mantiene a tu orilla de lagrimas profundas,
es que no hay noche sin manto de luna pintando mendigos
ni sol sin calores fundiendo despertares...
solo la poca cordura de tu miedo trepa por tu mente
y en el espacio de una duda me llamas a tu prisa sin nombre.
Y dejas un suspiro sangrando de asfixia...
es que temes que no haya brisa que de aliento a tu consciencia
siendo tu ultimo anhelo quien pierda su cielo en un vuelo errante,
te doblegas en un mudo dolor que grita en el sosiego de su rincón
mientras que un presagio de renuncia te acorta las horas...
los minutos desnudan su pereza entre el sexo y la risa
y un enfado repentino te cubre de ira sin sometimientos.
Pero aun así me encuentro aquí,
cargando tu pena sobre mi cansado paso lento
que de alma cansada alimenta su vejez inconclusa,
engreída creencia que no hace otra cosa que rasgar presentes
y sobre futuros sin futuro calza la arrogancia del pasado,
es que no hay motivo para morir en la muerte misma
pues solo sobrevive la presencia de una ausencia anestesiada.
Letra de mil noches sin prosa que te alzas sobre la tristura
derramando poesías que no parpadean sobre los ojos del pecado,
resurgir de un ladrón de llantos en las márgenes de un sollozar
que moja su mano en las cornisas de una risa fingida,
que hace un refugio de un lamento encarnando olvidos difusos
y que no le miente a la mentira que dibujas verdades fingidas...
Si crees que me he ido aquí tienes mi sombra...
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